La Noche de San Juan ("Noite de
San Xoán" en gallego, "Nueche de San Xuan" en asturiano,
"Nit de Sant Joan" en catalán y valenciano, "Donibane gaua"
o "San Juan gaua" en euskara), Hogueras de San Juan ("Fogueiras
de San Xoán" en gallego, "Donibaneko suak" o "San Juan
suak" en euskara, "Foguera de San Xuán" en asturiano,
"Fogueres de Sant Joan" en valenciano, "Cacharelas de San
Xoan" en gallego o "Sanjuanada", en ciertas zonas de El Bierzo)
Es una festividad muy antigua en la que se
celebra la llegada del solsticio de verano en el hemisferio norte cuyo rito
principal consiste en encender una hoguera. La finalidad de este rito era
"dar más fuerza al sol", que a partir de esos días, iba haciéndose
más "débil". Los días se van haciendo más cortos hasta el solsticio
de invierno. Simbólicamente el fuego también tiene una función
"purificadora" en las personas que lo contemplaban.
Alban
Heruin, este es el nombre que los
antiguos celtas daban a esta fiesta en la que se celebra el solsticio de
verano. Es el instante en que el sol se encuentra en su máximo esplendor. Se
encienden hogueras para conmemorar el poder del sol como símbolo de vida y
renovación.
Según la tradición esotérica a
lo largo del año se abren ciertas “puertas cósmicas”, a través de las cuales fluyen poderosas fuerzas sobre
la tierra y sus moradores.
Las
dos fechas principales en las que se abren estas puertas coinciden con los
solsticios siendo la más importante la que coincide con la víspera de San Juan.
Esta fiesta se podría decir que
es el festival del fuego.
Pero también del agua, no
olvidemos que muchos de los rituales que se celebran en esta noche son una
especie de bautismo o “Limpia”, igualmente es tradicional el lavarse los
parpados cuando esta amaneciendo con el rocío para evitar el mal de ojo durante
todo el año.
Se dice que esa
noche mágica se comunican el mundo del más allá con el del más acá. Es el
momento de espantar los malos espíritus.
Lo que nadie duda es del poder y la magia que
la naturaleza y la Madre Tierra nos ofrecen.
